Y aquí empiezan los relatos de Carles. Y claro, Carles soy yo.
Esto me viene algo grande- pensé, cuando O (vamos a llamarlo así) me comentó la idea de hacer un blog, que pusiera orden en lo escrito (y vivido hasta ahora) Uno se da por satisfecho con lo escrito hasta ahora. Tengo que reconocer que me prima la comodidad, y que, por qué no decirlo soy un aprendiz de holgazán en lo que concierne a mi hobby, (y porqué no pensarlo) en mi “modus vivendi” en un futuro. Pero, O, insistió. O, con mirada afilada, en algunos momentos penetrante, no tardó mucho en convencerme, con la excusa que, quizás, mis escritos pudieran llegar más allá de los algoritmos (y designios) de un tal Zuckerberg. O. pondría la técnica, y yo, lo que llevo haciendo desde que, un día, unas décadas atrás, mi madre definió como “chifladuras” Fui barato de convencer. Una firma y una dedicatoria de mi último relato (me ruborice al firmárselo, y mucho más al dedicárselo), y un crusant de chocolate y un café con leche poco cargado.
Me dio O. una serie de instrucciones muy básicas. Incluso básicas para mi, que con la tecnología (todo lo que vaya más allá de la Olivetti lettera 10 me viene grande) soy un analfabeto funcional. Tuvo también la brillante idea de relanzar mi escueta y modestísima carrera de escritor de relatos. Haremos esto- me decía. Crearemos un enlace para que la gente pueda adquirir tus relatos, sobretodo el último “Demolición”, que me ha parecido una radiografía de un tiempo que no he vivido pero que me hubiera gustado vivir…- Lo cierto es que lo miraba y sentía que estaba él más emocionado que yo. Lo dicho. No tardó en convencerme (o mejor sería decir que no tardé en convencerme) de que quizás, sólo por practicar una limpieza emocional, sería hora de desempolvar todo lo escrito. Ordenar mis emociones: mis pérdidas y mis ganancias del alma, como me gusta llamarlas a mí. Crear esa especie de cajón desastre y que todos (mayormente yo) tenga un lugar donde mostraros lo que vivo, que en realidad es decir, lo que escribo. Y viceversa.
Este es el blog, pues. “losrelatosdecarlos” Todo lo que aquí se escribe, me atañe a mí; pero interpela a todos. Me gusta pensar que, este el lugar dónde los días normales son el verdadero milagro.